3/12/09

Arboleda de noche

La arboleda oscura de noche calló el frío
Descansó su cabeza en el respaldar de nubes
Iluminadas por la ciudad como un río de luces

Las siluetas de ramas cortaban el reflejo borroso
Como queriendo atrapar en sus palmas
El silencio flotando en sus dedos boscosos

El viento aterciopelado refrescó la visión
La nostalgia indómita de blancuzco fulgor

Tu ausencia es la distancia que esta noche se abrió
Entre nubes, arboleda, la ciudad y yo

19/10/09

19/4/08

Cuando soy de verdad*

Cuando el corazón se me acelera
Y me comen estos nervios
Cuando me siento observado
Y hasta me crujen los huesos

Cuando me tiembla la voz
Y se me seca la garganta
Y la certeza de hoy
Me nubla el mañana

Cuando todos me critican
Esperando que caiga
Cuando me desacreditan
O me dicen que no lo haga

Cuando transito el callejón
Oscuro y solitario
De mi propia decisión
De mi propio calvario

Siendo un héroe temerario
O un pobre niño indefenso
Como un bravo caballo
O un perro callejero

Cuando está todo tan lejos
Que sólo pienso en declinar
Es cuando soy más cierto
Es cuando soy de verdad


*Desde el concierto de Sincrónico en el FIA el 18 de abril de 2008 en el Parque Juan Santamaría, iniciamos todas nuestras presentaciones con este texto.

25/1/08

Volvieron las libélulas

Tardaba mucho. Ella tardaba tanto que la visión de él sufría una especie de paro respiratorio. Y su respiración, uno cardíaco. Y el corazón apenas latía, como siempre a ciegas. Como cuando ella tardaba.

La luz desvanecía y el libro que debía ser salvador, se convertía en un monstruo que lentamente abría su enorme mandíbula llena de dientes en forma de letras, listos para masticarlo. Los autos que pasaban eran meteoritos vivientes que rugían en complicidad con el libro monstruo y trataban de fulminarlo con los rayos lumínicos que salían de sus malévolos ojos delanteros y traseros.

Ella aún no llegaba. Todo empeoraba.

Inesperadamente se escuchó un agudo sonido de alerta. El libro volvió a ser libro, los meteoritos autos y por un momento de nuevo todo fue lo que solía ser. Era un mensaje anunciando que ella pronto aparecería. En ese momento la sonrisa en él dio fe del vuelo de las libélulas en su estómago.

Pero ella volvió a tardar. Otro par de minutos o segundos, no se sabe. Ni tampoco importa. Tardó de nuevo lo suficiente como para que volvieran los horrores de la espera y reapareciera la monstruosidad, pero esta vez con más fuerza, como suele reaparecer la impaciencia cuando se encuentra al borde de sí misma.

La suerte estaba echada. La oscuridad terminaba de inmovilizarlo. Y en ese momento ella, por fin apareció. Hermosa. ¡Salvadora! Y aniquiló con su paso presuroso, toda horrible bestia de impaciencia que hubiera osado permanecer tras el fin de la demora.

Y ella, con su sonrisa divina, lo revivió. Y le curó las ansias. Lo besó. Y por millones, volvieron las libélulas.

28/11/07

Puente colgante II

Az: La intención resulta un misterio.
Vr: Preguntar al viento no siempre trae respuestas.
Az: Es preciso que haya claridad.
Vr: La única certeza puede ser la duda.
Az: La inseguridad se propaga.
Vr: Un salto en un sólo lado, mueve todo el puente.
Az: Detenerse puede evitar el tropiezo.
Vr: Es preciso sujetarse.

22/11/07

Puente colgante

Az: Pasé por el puente que falseaste
Vr: Mi mano estaba tendida
Az: Inevitablemente iba a caer
Vr: Vos no la tomaste

7/9/07

Relativa

Debo estar tocado del techo
O quizá no lo tenga tan claro:
El silencio piel blanca
Las cuatro paredes
Lo que no sobreviene...
Debo estar tocado del pecho
El calor no aguanta ni sábanas
El deseo en silencio se muere
Y un aroma cercano se adhiere

5/9/07

Guardar distancia

Duda y desconfianza
Pregunta que calla
Respuesta que cala
Silencio que guarda
Segura distancia

1/8/07

Recuento

Az: ¿Qué tenés?
Vr: Un abrazo. ¿Y vos?
Az: Un beso.
Vr: Está bien.
Az: Eso espero. Es para tu boca.
Vr: Dirás para mi alma!
Az: ¿La del abrazo?
Vr: Sin duda!

17/7/07

Otro silencio

Vr: ¿Qué se cayó?
Az: Un puente.
Vr: (guarda silencio)
Az: Creo que cae otro.

Caer al río

Música y ruidos que vienen de un parque
No logran tocarme
Yo al otro lado -un río en el medio-
Me caigo y te pierdo